EL CORPORATIVISMO ASFIXIA A BOLIVIA
EL CORPORATIVISMO ASFIXIA A BOLIVIA
Oscar
Ortiz Antelo*
La presión
de un grupo de federaciones del transporte pesado y la cesión del gobierno nacional
ante los bloqueos de las carreteras ha tenido como resultado la suspensión de
las pruebas para restablecer el tráfico en la ruta férrea Arica – La Paz, que
había dejado de operar hace 20 años. Este es el más reciente capítulo de la
imposición del corporativismo de algunos sectores por los cuales se inviabiliza
el progreso y el desarrollo nacional.
Es una
medida a contra ruta de la historia, de la necesidad de modernizar la
infraestructura de la economía boliviana y de generar oportunidades de
prosperidad para el conjunto de la sociedad boliviana.
No hay
dudas de las ventajas que hubiera significado esta operación, se reducen los
costos para los operadores del comercio exterior, incrementando su
competitividad, se utiliza un medio con mayor capacidad de carga para cruzar la
cordillera, ahorrando cantidades considerables de diésel, que el país importa
erogando las divisas que les son cada vez más escazas.
Hay
que resaltar cual es la discusión en curso, la utilización del ferrocarril como
medio de transporte de carga masivo viene desde el siglo XIX, incluso a Bolivia
llegó hace más de un siglo y desde entonces contribuyó a aliviar nuestro
aislamiento y nuestra lejanía con los puertos marítimos, contribuyendo a
integrarnos con los mercados internacionales. En pleno siglo XXI, incluso en
los países desarrollados está creciendo el uso de los ferrocarriles por su
mayor capacidad de carga, sus ventajas en el uso de la energía y consiguientes
beneficios para el medio ambiente.
El
argumento utilizado, según el cual se estarían protegiendo fuentes de trabajo,
equivaldría a que renunciemos al uso de los aviones porque así incentivaríamos
un mayor uso de los buses y se generaría una mayor demanda de fuentes de
trabajo para quienes los conducen.
Pareciera
que se está exagerando con el argumento, pero cuando vemos otros ejemplos como
el de la oposición de otros sectores del transporte a la importación del
petróleo por ductos para ser refinado en el territorio nacional, lo que nos
ahorraría cientos de millones y garantizaría un suministro permanente, o que
también alrededor de la planta de urea se ha formado un sindicato de camioneros
que monopolizan el transporte del fertilizante, impidiendo incluso que los
productores agropecuarios puedan recoger directamente la urea que compran para
disminuir costos, podemos comprobar el secuestro corporativista a la sociedad
boliviana y el suicidio económico en el que caemos reiteradamente.
Esto
no quiere decir que no se reconozca las necesidades de empleo que se tiene
entre quienes trabajan en el transporte y en todos los sectores de la economía
nacional. Contradictoriamente, este tipo de medidas destruyen los empleos
actuales e inviabilizan la creación de empleo futuro al elevar los costos de
los sectores productivos y dejarlos fuera de competencia en los mercados
internacionales. Por el contrario, si siguiéramos la vía positiva de promover
el crecimiento de la producción nacional y las exportaciones, no solo habría
mas empleos para los transportistas sino para el conjunto de la economía por el
gran efecto multiplicador que tiene el comercio exterior.
Tampoco
quiere decir que se desconozca las ventajas que tiene el tan extendido espíritu
de asociatividad que caracteriza al pueblo boliviano, por el cual se superan
las grandes dificultades para prosperar individual y colectivamente, muchas de
las cuales vienen de nuestra estructura estatista. Sin embargo, cuando
simplemente se protegen los intereses de algunos dirigentes que se aprovechan
del control que tienen sobre las rutas de transporte, como el negocio de las
cisternas del diésel, no se está defendiendo el interés nacional sino
perjudicando a todo el país.
Bolivia
necesita modernizarse en su visión de economía y de desarrollo si queremos
generar los empleos sostenibles y de calidad que necesitan los ciudadanos.
*Ha sido senador y ministro de economía.
** Publicado originalmente el 18 de mayo de 2020. Difundido mediante El Deber, Pagina Siete, Los Tiempos, El Pais (Tarija).
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