INTEGRACION ECONOMICA ENTRE CIUDADES Y REGIONES
INTEGRACION ECONOMICA ENTRE CIUDADES Y REGIONES
Por
Oscar Ortiz Antelo*
En un
país donde estamos acostumbrados a las divisiones y a la confrontación entre
sectores y regiones, la reciente visita de la alcaldesa de El Alto, Eva Copa, a
Santa Cruz de la Sierra, y sus encuentros con las organizaciones empresariales
para invitarlos a invertir en la urbe alteña, es una señal clara sobre cómo y
por donde avanzar hacía una agenda positiva de integración y prosperidad para
el conjunto de Bolivia.
Anteriormente,
el alcalde de la ciudad de La Paz, Iván Arias, también se reunió con empresas
cruceñas que invierten en La Paz para incentivarlas a continuar invirtiendo en
la sede de gobierno y ofrecerles la cooperación institucional del municipio paceño
para facilitar sus operaciones en dicha ciudad, dando muestras de una actitud
proactiva para buscar mejorar las condiciones de vida en su jurisdicción.
Este
es un punto que las autoridades municipales y departamentales generalmente
descuidan en sus gestiones, la de promover el progreso económico y social de
sus territorios mediante la atracción de inversiones, la facilitación de las
condiciones para el establecimiento de nuevas empresas, industrias, comercios
y servicios, como una forma de
incentivar la creación de empleos, empleos de calidad, empleos sostenibles, no
porque una ley procure imponer por la fuerza la estabilidad laboral sino porque
la realidad económica haga posible crearlos e incrementar la demanda de los
mismos, lo cual es el mejor camino para asegurar las mejoras salariales y la
permanencia de los trabajadores.
No
solo ello, las autoridades municipales y departamentales también debieran
promover el turismo y apoyar la realización de ferias, congresos y eventos en
sus territorios, las cuales tienen un gran efecto multiplicador en el turismo,
la hotelería, la gastronomía, el comercio, la artesanía, entre otros sectores
que se benefician con la venta de bienes y servicios a los visitantes
nacionales y extranjeros que atraen estas actividades.
Avanzado
el siglo XXI, también se debería apoyar las incubadoras y aceleradoras de
empresas, la reconversión laboral y económica de tantas personas que ante la
perdida de empleos buscan establecer un negocio por cuenta propia, el acceso a
las tecnologías de la información y la comunicación, y, en general, todo
aquello que signifique el apoyo a los emprendimientos, los cuales son la mejor
forma de crear oportunidades e impulsar la movilidad social.
Lamentablemente,
no es lo que sucede por lo general, puesto que el ¨obrismo¨ caracteriza a la
gestión pública, esto quiere decir dedicarse solo al anuncio, ejecución e
inauguración de obras públicas, descuidando los servicios públicos. No es
casualidad, las obras permiten hacer política pensando en ganar popularidad
para las próximas elecciones y, en muchas ocasiones, también son fuente de
ingresos ilícitos que generalmente constituyen uno de los grandes y perversos
incentivos por los cuales las personas se postulan a cargos electivos.
Sin
embargo, lo más valioso de iniciativas como la de la alcaldesa Copa es la de
romper todas aquellas barreras que nos separan y confrontan entre bolivianos,
esas grietas que criminalmente promueven algunos gobernantes como una forma de
ganar adeptos y consolidar sus núcleos duros de sustento político. En al año
2005, por ejemplo, ya se habían realizado unos encuentros entre lideres
sociales, institucionales y empresariales denominados Santa Cruz y el Alto: Dos
ciudades, una misma agenda, los cuales desmintieron los mitos que separan a sus
pueblos. La polarización política posterior impidió su continuidad.
Alcaldes,
gobernadores, empresarios y lideres de la sociedad civil de los municipios y
departamentos de Bolivia, deben promover estos encuentros para integrarnos, para
apoyarnos en crecer juntos y para brindarle prosperidad a esa nación boliviana,
diversa, plural y con tanto potencial frenado por las divisiones internas.
*Ha
sido presidente del Senado y ministro de economía.
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