PROTESTAS EN CUBA
PROTESTAS EN CUBA
Oscar
Ortiz Antelo*
Las
protestas de miles de ciudadanos en numerosas ciudades de Cuba, realizadas el
pasado 11 de julio, equivalen a un
terremoto político que tendrá profundas consecuencias para el futuro de esa
nación e importantes ondas expansivas para la política latinoamericana. La
respuesta del régimen convocando a sus grupos de choque a golpear a ciudadanos
pacíficos, cortando el internet y apresando a artistas que lideraron las
convocatorias, desnudar frente al mundo el carácter opresivo y totalitario de
su gobierno.
En un
solo día el pueblo cubano quebró las barreras del miedo con las cuales el
régimen controla a las personas y las aterroriza. En su solo día estos
manifestantes acabaron con los mitos de la revolución cubana y dejaron expuesto
el fracaso de un modelo que no puede atender las necesidades más elementales de
su población. En un solo día, quienes se atrevieron a salir a las calles de
Cuba, acabaron con la pretendida fuerza moral de quienes promueven las consignas
del gobierno cubano en otros países.
A
quienes no hemos sufrido lo que significa vivir bajo un régimen totalitario,
nos cuesta entender la trascendencia histórica de estas protestas, las cuales
no se habían realizado, en esta magnitud, desde 1959. Y es que el sistema
cubano llevó a la casi perfección el control sobre la sociedad mediante la
imposición del miedo a ser delatado por un espía, el cual no se sabe quién es,
pero todos suponen que existe en cada espacio de la vida y las actividades de
sus ciudadanos.
Y esto
es lo que puede marcar el principio del fin de uno de los pocos sistemas
totalitarios que quedan en el mundo. El momento en el que su población pierde
el miedo, el sistema comienza a resquebrajarse en sus estructuras, aunque
todavía pueda demorar años en desmoronarse.
Lo
sucedido no es casualidad, como dice la conocida periodista y activista
democrática Yoani Sanchez, el pueblo cubano tenía tanta hambre que se comió el
miedo. Y es que el sistema nunca funcionó. Si ha demorado décadas en llegar a
este punto fue porque la Unión Soviética lo sostuvo con millonarios subsidios
durante décadas. Cuando esta cayó, Fidel Castro conquistó a Chávez y se aseguró
miles de millones de dólares del petróleo venezolano para seguir sosteniendo el
sistema fracasado. En el camino sumieron a Venezuela en la misma miseria y han
causado un éxodo de más de cinco millones de personas que no huyen de una
guerra sino de la extrema pobreza.
Actualmente
Cuba vive del cobro de los servicios que brindan sus médicos para otros gobiernos,
del turismo y de las remesas que envían los migrantes a sus familiares. Como se
ve, ninguna de estas fuentes de ingreso constituye un logro socialista. Por el
contrario, debido a que los médicos exportados sólo reciben una ínfima parte de
lo que cobra el estado cubano por ello, se considera a esta práctica una forma
de esclavitud moderna.
Lo que
suceda en Cuba es importante para toda Latinoamérica pues el régimen tiene una
enorme influencia en la política regional, desproporcionada a lo que representa
el país económicamente. Su influencia se basa en su capacidad de captar, formar
y proyectar líderes y movimientos políticos, afines a sus ideas, que compiten
en las democracias y hasta ganan elecciones. Paradójicamente, quienes no
permiten elecciones reales en la propia Cuba, se dedican a asesorar a sus
adeptos para ganar elecciones.
Por
esas mismas contradicciones de la historia, el malestar social, causado por la
pobreza y las crisis económicas, que ellos que conocen tan bien cómo aprovechar
para desestabilizar las democracias, hoy amenaza su propia supervivencia. En
respuesta, cortan las comunicaciones para que no se transmitan las imágenes de
la represión, las detenciones y las golpizas. Ya no es suficiente. La inmensa
mayoría de actuales generaciones de cubanos solo han conocido la pobreza y la
opresión. Comenzaron reclamando alimentos y medicamentos, e inmediatamente
también demandaron libertad. Esa
libertad que merecen y que es el único camino para lograr el bienestar y la
prosperidad que les prometieron y nunca les dieron.
* Ha
sido presidente del Senado y ministro de economía.
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